martes, 30 de marzo de 2010

Debate: Inclusión escolar.

¿La escuela de hoy?
Galicia atiende en 37 colegios de ¿Educación Especial? a 1.200 alumnos. La LOE fija la inclusión como principio para abordar la discapacidad. Las aulas específicas en centros ordinarios son una solución, pero la Administración asume que no para todos. El modelo combinado, otra alternativa.

Normalización e inclusión.
Estos son los dos principios que, según la LOE, deben regir la escolarización del alumnado con necesidades educativas especiales. Bajo estas dos premisas, los centros de educación especial solo deben ser un último recurso para aquellos estudiantes cuyas necesidades "no puedan ser atendidas en el marco de las medidas de atención a la diversidad de los centros ordinarios", reza la ley. En Galicia, este es el caso, según la Consellería de Educación, de unos 1.200 alumnos, que acuden cada día a un total de 37 colegios, la gran mayoría en las provincias de A Coruña (16) y Pontevedra (17).

El límite entre las necesidades educativas especiales que pueden ser atendidas en un centro convencional y las que requieren de uno especial lo determina la administración educativa. "O centro ordinario é o hábitat natural de todo o alumnado, pero cando un rapaz ten unha necesidade educativa especial moi profunda, considérase que é mellor para el un centro de educación especial, porque neles hai moitos especialistas que non se poden xeralizar en todos os centros ordinarios", explica José Graña, subdirector xeral de Ordenación e Innovación Educativa e Formación do Profesorado.

Graña compara la decisión de optar por un modelo u otro con las necesidades sanitarias. "Buscando un símil coa sanidade, hai veces que un doente pode estar perfectamente atendido polo seu médico de cabeceira, pero cando unha enfermidade é grave require dos esforzos, a atención e a sabedoría de expertos moi concretos e está mellor nun centro de especialidades", dice.

Más medios
En un colegio ordinario, pone como ejemplo, puede haber uno o dos cuidadores. En los de educación especial la ratio por alumno es mucho mayor. En el primero, solo hay un orientador; en los segundos, psicólogos, fisioterapeutas o incluso psiquiatras en el caso de los centrados en los trastornos de conducta.

La decisión de trasladar a un chaval a un centro de educación especial requiere varios pasos. Lo primero es contar con la propuesta de su colegio, basada en el análisis del departamento de orientación. Si es preciso, también se piden informes a los servicios de salud y después toda esta información es estudiada por el equipo de orientación específica provincial correspondiente. Si todos los diagnósticos coinciden, toca entonces proponer a la familia el traslado. La respuesta, asegura Graña, suele ser positiva. "Non adoita haber moita reticencia, pero ás veces creo que as hai por incomprensión. Desde o mundo da educación só se propón o traslado para que o alumno estea mellor atendido", valora.

Doble sistema
Entre ambos tipos de colegios también existe colaboración. En total, 18 colegios de educación especial de Galicia cuentan con alumnado de escolarización combinada: en el centro de origen reciben una atención específica más intensa, pero varias horas a la semana acuden a otro ordinario de su zona, donde conviven con los demás chavales. Pero la opción más inclusiva y normalizadora son las aulas específicas de educación especial en centros ordinarios. En ellas, el alumnado pasa parte del horario escolar recibiendo atención especializada de expertos en audición y lenguaje o pedagogía terapéutica, además de profesores de apoyo, y el resto de la jornada comparten aula y juegos con todos sus compañeros. Algunas de estas aulas son temporales porque su formación responde a la existencia en ese momento en el colegio de estudiantes que requieran de su atención. Otras son permanentes, como la del colegio San Pedro de Visma de A Coruña, un centro de escolarización preferente de niños con dificultades motoras. En cualquier caso, la escolarización de este alumnado, ya sea en unidades o en centros de educación especial, puede extenderse hasta los 21 años.


Señor Graña,
Es el sistema educativo el que está enfermo. Su estado es agónico. Presenta una mala cara impresionante, sus constantes vitales son la segregación, la discriminación, la vulneración de los Derechos Humanos...
Sus niveles de energía están agotados; sólo es capaz de hacer réplicas sin sentido de respuestas cercanas al estado embrionario más elemental de la escala filogénica.
Las carencias más graves se localizan en sistemas tan vitales como el de los docentes que carecen de la formacion actitudinal suficiente como para dar respuesta a todos los alumnos independientemente de cual sea su situación personal. Se encuentra este sistema gravemente inmunodeprimido ante la falta de unos recursos básicos como el sentido común además del deficitario funcionamiento en el metabolismo proteico incapaz de considerar como elementos esenciales los recursos que cada necesidad requiere para satisfacer las necesidades del alumnado.
Una grave espasticidad afuncional caracteriza a sus currículums, que hacen que el movimiento sea doloroso e inseguro en vez de flexible y adecuado a cada necesidad.
La respuesta es un fracaso multifuncional.
Un sistema al fin, sin más latido que el que marcan los papeles.
Señor Graña, sin embargo, existen remedios capaces de hacer surgir un nuevo sistema, acorde con la realidad actual. No se preocupe, que todo está legislativamente explicado y con los estudios clínicos actualizados y en vigor.
Hay un tratamiento de choque: inyectar en vena Convención de la ONU sobre los derechos de las Personas con Diversidad, especialmente el artículo 24, atención eso sí:SIN DILUIR. El tratamiento se completa con las propuestas de la Conferencia Internacional sobre Educación Inclusiva ( ultimísima generación y de distribución nacional ya que se presentó en Marzo de este año en Madrid).
Como complejo vitamínico se pueden combinar LIONDAU con Constitución española, LOE con sus rectificaciones correspondientes.....en fin, toda una legislación de muy amplio espectro y de fácil aplicación.
Por si fuera de su interés, a continuación adjunto dos estudios paralelos sobre los colegios especiales y los colegios ordinarios. Podrá comprobar que los resultados son espectaculares en ambos sentidos: para mal en el caso especiales, para legal en el caso ordinario.
CASOS:
En un colegio ordinario vivo la realidad de la sociedad, esa sociedad a la que pertenezco.
En un colegio especial, vivo una realidad médico-prfesionalizada donde a mi no se me ve como lo que soy, un niño, sino como un objeto al que aplicar tratamientos y métodos para llegar a ser como ellos piensan que debo ser.
En un colegio ordinarioaporto la riqueza de mi tesoro personal y descubro los tesroros que aportan los demás...y de esta manera, vamos haciendo, TODOS JUNTOS, una sociedad abierta, rica y solidaria.
En un colegio especial me preparan para ser "carne" de institución y "aprendo" a estar fuera de esa sociedad de la que formo parte, esa sociedad que entonces... no me conoce.
En un colegio ordinario crezco, evoluciono y aprendo a mi ritmo con los apoyos necesarios (los que cada uno necesita) y con la adecuada actitud del profesorado.
En un colegio especial estoy.
Estoy hasta los 21 años siendo un niño.
En un colegio ordinario me preparo para la vida y para trabajar en una sociedad plural.
En un colegio especial me preparo para ser eternamente un niño al que todos ven como a un enfermo.
Des-atentamente,
Marichu
Miembro del Foro de Vida Independiente.