Hola queridas y queridos,
Por fin quieta en casa. Esta
mañana nos fuimos Leo y yo a las galerías Maldá, y nos dimos un paseo chinu
chanu de dos horas y media. Hoy hace un día precioso en Barcelona. Y después de
comer, que he comido de lujo, Leo quiso más, otros 45’ parrandeando. Agotada de
tanta calle. Pero ya en casa, tranquilita, con todo bien hecho. Así que
aprovecho para escribiros un ratito.
El jueves quedé con mi AP de
la noche en que escribiría sobre que características y valores tiene para mí
una buena AP. AP de Asistente Personal, que muchas y muchos ya sabéis que es la/el
profesional que nos permite a las personas con diversidad funcional ser como
somos y manejar nuestra vida a nuestra manera. Si un/a AP te calla la boca, te
merma las ganas o pasa de ti, no es AP, despídela/o rápido, o cruza los dedos
para que encuentre rápido algún trabajo más de su gusto y te deje.
Una buena AP es trabajadora,
no se cruza de brazos, ni se pone con el móvil. Es respetuosa, siempre pregunta
y comunica lo que ha de hacer, es observadora y tiene iniciativa consentida, es
alegre, sabe conversar, es puntual y cumplidora. No te hace de mamá, ni de
hermana mayor, ni de enfermera, ni de educadora, ni de animadora. Una buena AP pregunta que hay
que hacer, y vuelve a preguntar que más, cuando ya ha acabado lo anterior,
pregunta acercándose, de frente, te hace partícipe y responsable con su actitud
cercana y comunicativa. En el manejo de tu cuerpo es suave, es tranquila,
conoce tus movimientos y tus equilibrios, te espera, se compenetra contigo, te
respeta. En el ámbito social, es educada, atenta, discreta, sabe que tu vida es
tuya como la suya es suya. Es consciente de la gran confianza que depositamos en
su persona al contratarla y hacerle partícipe de nuestra vida en todos nuestros
ámbitos.
Una buena AP tiene una buena
jefa, que cuida tanto los aspectos contractuales, como la relación. Una buena
jefa en la primera, segunda, y si hace falta, en una tercera deja claro que
perfil de trabajador/a quiere en su día a día. Una buena jefa acepta la
diversidad humana, de caracteres, ritmos y educación y se da un tiempo
prudencial para ver si se ajustan, o si se pueden ajustar a las exigencias del
puesto, al tiempo que la jefa se adapta al cambio. Por último una buena jefa
valora y agradece el buen trabajo y la buena actitud de sus AP.
Yo tengo cuatro APs
contratadas. Una es excelente, dos son buenas, y uno sigue adaptándose. El
último necesita mucha autonomía, y ya habéis leído que este no es un trabajo en
solitario, es un trabajo en el que te has de poner mucho en la vida con la que trabajas
y poner mucho de tu parte para que la relación laboral funcione. Las buenas,
mis geriátricas las llamo, porque las he contratado siendo mayores de 60, son muy
buenas porque me tienen paciencia, yo tengo un carácter muy puñetero, quiero
mis cosas a mi manera, y cuando no salen me ofusco, y ellas lejos de callarme,
ni de alzar la voz, me cuidan el alma, me escuchan y arreglamos el desarreglo. Y
la que es excelente, trabaja en muchas casas, es como Olga, pero en jovencita;
siempre llega con una sonrisa, es simpática, todo lo hace conmigo, contando
conmigo, es buena curranta y trata a mis bichos como si fueran suyos, con un
amor infinito.
En los 17 años que llevo
viviendo a mi rollo he tenido muchísima rotación de personal, lo que para mi ha
supuesto un enorme desengaño, pues empecé y sigo creyendo que esto de Vida
Independiente es bueno para todas, no sólo para las personas con diversidad
funcional, también para nuestras familias, amistades, vecindad, compañeras/os
de proyectos varios, incluso es bueno para las políticas y la justicia, como
creí firmemente que la nueva figura de AP iba a tener una reputación tan
elevada como la de los/as médicos, policías y maestras/os, no sólo porque crea
que lo vale mucho, sobre todo, porque es una figura que desesclaviza a las
familias y más aún es una labor que puede acabar con el encierro manipulativo
maltratador de muchas personas en residencias, el que todavía no se valore la
figura laboral de las Asistentes Personales me tiene rota, rotísima,
defraudada, y claro, bailando en tierras movedizas en las relaciones laborales
con mis APs, con el uy que me deja por otro trabajo más acorde a sus capacidades,
necesidades y deseos.
Hasta aquí queridas y queridos
lectores. Ahora editaré el texto, le pondré alguna imagen o vídeo, os lo
pasaré, y continuaré con la serie que empecé ayer: Stranger Things, 😉,
hasta que llegue mi geriatricaAP.