sábado, 23 de enero de 2016

Escrito dedicado a Vicente Valero (Velador de los DDHH).

Estos días que estoy febril y meona que me paso me gustaría picar al ayuntamiento y decirle:
- No quiero ponerme pañal, ni quiero mearme encima teniendo que gastar el triple o cuatriple en detergente. ¿Qué hacen ustedes cuando tienen ganas de orinar entre las 17h y las 21h, o entre las 00h y las 06h?
Lo del pañal viene a cuento del médico de urgencias, una de sus preguntas fue si llevaba pañal o sonda, le contesté que no, que lo único que llevo es una compresa para pequeñas perdidas.
Aquí estamos muy claros que la Asistencia Personal ha de permitir vivir, que no es una ayuda.

No les pregunto entre las 06h y 11h, ni entre las 13h y las 17h, ni entre las 20h y las 00h, porque dentro de estos horarios dispongo de AP para desenvolverme con absoluta naturalidad, como cualquier persona que dispone de los medios necesarios y sé qué o cómo lo harían.
Mi doctora de neumología quisiera que yo tuviera AP 24 horas porque le parece inaudito que no beba agua para controlar las ganas de hacer pipí, y le parece exasperante que me trague la mayoría de flemas por no poderla escupir en un pañuelo. Yo no quiero, todavía, AP 24 horas. A mí sólo me gustaría tener unas horas más en estos momentos puntuales, y me encantaría que la administración entendiera que la Asistencia Personal es para personas y no para máquinas.
Y a todo esto le doy vueltas de nuevo, porque el Ayuntamiento está repartiendo de nuevo presupuesto para AP y esta vez no está considerando ni respetando las necesidades individuales de las personas a las que se dirigen. Incluso, el proceso a la inversa: con este presupuesto hazte un PIA, me parece de lo más corrosivo.
El proceso correcto es:
·         Conoce a la persona,
·         Pregúntale para que quisiera la Asistencia Personal,
·         Pídele que elabore un Plan Individual de Vida Independiente (art. 19…)
·         Evaluarlo juntos: administración y persona.
·         Y darle lo que necesita para vivir, para contratar Asistencia Personal suficiente.
No es sólo miedo, miedo a que diluyan un sistema social y político inclusivo y respetuoso con los derechos humanos con ese otro sistema de la eterna ayuda misericordiosa. También es agotamiento, ¡joder, llevamos 10 años de experiencias y tenemos un meticuloso informe económico, y parece que no haya servido más que para hacerse buena propaganda administrativa! No somos propaganda, somos personas: unas muy poquitas haciendo vida independiente, otras muchas trabajando con contrato y sueldo, y otras muchísimas más haciendo sus vidas y retomando sus gustos.
Si dan AP a una mujer que es madre y debe cuidar su bebé, que le den horas para todo lo que necesite. Que no la obliguen hacer filigranas, que pueda disfrutar de una verdadera vez de su vida independiente. Si dan AP a una persona con ganas de emanciparse, darle las horas que la persona considere que necesitará para vivir sola, y recuerden: mantengan un cierto margen administrativo para días de más necesidad y para luego volver a la rutina.
Personas trabajadoras, deportistas, familiares, creativas, con inquietudes varias, estudiantes, niños, jóvenes, abuelos/as, todos y todas tenemos derecho a una vida independiente, que nadie tergiverse el artículo 19 de la Convención de la ONU de los DDHH de las personas con diversidad funcional. Y menos, por favor, una administración con experiencias tan reales como cercanas.
¿Quieren dinero? Vayan a todas las empresas de servicios que reciben subvenciones de la administración y liberen a cuantas trabajadoras encuentren sin contrato o con contratos minsos que nada tiene que ver con las condiciones laborales a las que se someten y por retroactiva someten a las personas a las que atienden. Un ejemplo: Julia trabaja en JC, es trabajadora familiar (tiene el título). Hoy es viernes, ha comenzado a trabajar a las 8h, son las 19h y aún tiene que ir a otra casa. Está en el su quinto puesto de trabajo, hoy tiene 6 casas con sus 6 realidades. Tiene un contrato de 4h diarias y trabaja…, he perdido la cuenta. Gana 800€/mes. Cada casa tiene un tiempo contratado, Julia intenta cumplirlo, es de las pocas personas honestas y dedicadas, aún el agotamiento que lleva encima a estas horas.