martes, 12 de septiembre de 2017

¡TRISTE, MUY TRISTE!

Empiezo por el principio: Nací y vivo con diversidad funcional, funciono a mi manera, me desplazo en silla de ruedas y me desenvuelvo en mi día a día con Asistencia Personal. Tengo 41 años y lo sucedido ayer, para nada me viene de nuevo. Era yo pequeña cuando mi madre solicitaba taxis y los taxis o no paraban y pasaban de largo, o paraban y le decían que no podía cogernos porque mi silla de ruedas no le cabía en el maletero. En Barcelona, hacía mis 20 años, los autobuses comenzaron a ser accesibles y durante los principios muchos conductores, por no saber manejarla, pasaron de largo muchísimas de las peticiones de rampa. Con RENFE, otra que tal, cuánto he llegado a llorar de rabia y de impotencia por ver aniquilado sin razón y sin explicaciones mi derecho a viajar como una más.

Ayer pedí poder viajar con ALSA a Andorra, pedí autocar de ida y vuelta accesible, y me contestaron que no tienen previsto disponer de autocares accesibles para esa ruta y que tampoco tienen ninguna obligación.

¿Sabéis a qué me sonó eso de que no tienen ninguna obligación? Me sonó a que obviaron de que hablaban con una persona, me sentí convertida en un trasto, en un problema, en una carga; al explicar que me desplazo en silla de ruedas motorizada, dejaron de tratar conmigo y ya no vieron nada más que la silla de ruedas y tooodo lo que de ello se imaginan.

Los hechos son claros: ALSA me recrimina y me discrimina por no poder caminar. ALSA debiera tener tooodos sus autocares accesibles a toooda la ciudadanía. Es horrible querer viajar y oírte: -A ti no te llevamos.-, es triste, es patético, es del todo injusto.

Y lo más triste es que las políticas y la justicia no hacen nada para acabar con estos delitos de odio. Si no nos odiaran, si no nos rechazaran, ya no estaríamos hablando de accesibilidad y de igualdad. Me gustaría poder llamar a los Mossos o a la Guardia Urbana y denunciar este acto de discriminación, quisiera que a la compañía y a los conductores que se niegan a llevarme en sus vehículos les cayera una buena multa y que les abrieran expediente delictivo, y no sólo por el inmenso dolor que me han causado, sino sobretodo porque no se repitiera ni conmigo ni con otras personas, ni en esta, ni en otras compañías de transporte público. La discriminación por razón de ser es violencia y también llega a matar!