martes, 10 de abril de 2012

Arrollada en el cine Comedia.

Este capitulo comienza con un ir a ver La fría luz del día, para deleitarnos con Bruce Willis y el otro cachas que le acompaña en el cartel. Entre risas, parecía un plan fantástico para un domingo por la tarde.

Y todo fue placentero hasta que llegamos al cine Comedia, de Pso. De Gracia con Gran Vía y el hombre que recogía las entradas, viéndome, nos preguntó a que sala íbamos. Le contestamos que a la 2 y nos dijo que yo no podía entrar porque para acceder hay cuatro escalones. De repente, el plan dejó de ser divertido.

Lo que sucedió a continuación fue que mi familia y el resto de telespectadores pudieron entrar y yo me quedé sola a la espera de que el encargado de turno me diera la hoja de reclamación. Cuando me la dio, intentó argumentarme que en las sala 2 y 3, en las no accesibles, intentan poner las películas menos exitosas, por supuesto eso no me consoló en absoluto.

Nosécómo, nientiendoporqué entraron todos y todas, menos yo: Imagino, que por falta de consciencia y de conocimiento, así como de fuerza para hacer valer los derechos humanos.

Para acabar, quisiera que habiendo compartido este nefasto capítulo se entienda la dinámica enormemente segregadora que se crea cuando el entorno no es accesible a todas las personas. Y como es de increíblemente humillante quedarse sola ante semejante injusticia. Humillante y devastador.

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