Vivo en un piso de
fábula, con tres bichitos muy amorosos. Pertenezco a una familia
inquebrantable, grande, loca, muy loca, a la mejor familia que yo pueda desear,
tengo muy buenas amistades. Y yo, salvo por la desilusión que me ha generado la
Asistencia Personal, con el resto estoy bien, muy bien, tirando y tirando,
tirando adelante y flipando con la vida, con lo bonito de vivir.
Tenía tres opciones:
1- - Vivir con la familia, ¿con cual de mis
hermanas, o cuantos días con cada una?
2- - Vivir en una residencia, atendida 24 horas
dice la publicidad, bajo un régimen de convivencia y monopolio económico.
3- - Vivir contratando AP, escogiendo horarios,
perfiles, tareas, ejerciendo mi vida independiente.
Escogí la 3ª, con muchas
ganas, con mucha ilusión. Han pasado los años y esta figura laboral tan
necesaria, todavía no se ha regulado, ni reglamentado, el Estado nos la mangonea.
La han metido en el saco del resto de servicios de ayuda a la dependencia,
pervirtiéndola, destrozándola.
Una de las ideales ideas
es que las propias personas formemos a las futuras APs, digo ideal, porque la
realidad es que muchas de estas personas trabajan también en centros
residenciales, y también haciendo limpiezas, y cuando llegan al domicilio se
les hace muy difícil trabajar con otra persona que les dará instrucciones y
estará muy pendiente, y no por desconfianza, sino por implicación.
A mi me tortura dos
cosas:
1- - Estar empezando de 0 constantemente,
formar y enseñar mi chocho a una, y a otra, y a otra, y a otra, y a otra, etc.,
trabajadora.
2- - Que se pongan el piloto automático y dejen
de contarme, de tenerme en cuenta. Que se haga pesada mi presencia y mi voz.
Confieso que se me han
subido mucho los humos, mucho, mucho. Antes de contratar Asistencia Personal me
lo hacían todo y yo ni me fijaba, ni me importaba, vivía en consentimiento
pleno, en cambio hace dos días mis hermanas me hicieron la cama y no queráis
saber, yo intenté decir y mi hermana que no le cortara las alas, no se las
corté, claro, ¿quién soy yo para cortar alas a nadie? Viviendo con AP he
adquirido el hábito de pedir el qué, el cómo, el cuándo y el cuánto, lo que me
ha hecho mucho más atenta, y más exigente. Responsable digo.
2024 ha sido un año
frustrante para mí. El paso por Puigvert me lo ha resuelto bastante
favorablemente, me han reseteado y me encuentro de salud muchísimo mejor, lo
que alivia un montón. Pero aún toca resolver la Asistencia Personal, ¿cómo?, no
lo sé.
Centrémonos, cuando contrato, en entrevista previa pido:
- - Puntualidad: a menos 5’ arriba, a en punto
conmigo.
- - Discreción: mi vida es mía y no quiero que
me hagan de mamá, ni de profesora, ni de enfermera, ni de pepito grillo, sólo
quiero que me ayuden en todo lo que pida. La frase clave es ¿qué hacemos
Marga?, y cuando esté lista la tarea, volver a preguntar ¿y ahora?, para poco a
poco poder ir yo sacando mi faena.
- - Flexibilidad: necesito cierto margen
horario por mil cuestiones, por lo que contrato un horario, más una
flexibilidad horaria de una hora por arriba y otra por abajo.
- - No tener miedo ni alergia a perros ni a
gatos, porque una de mis tareas principales es atenderlos y darles muuuuchas
caricias/mimitos.
Esto es lo más básico que
pido, luego: si viven cerca, sin tienen experiencia, si les gusta trabajar
acompañadas, si tienen una buena salud física para poder hacer pequeños
esfuerzos, no mucho más. La motivación también es importante, por qué escogen
esta y no otra oferta/ámbito.
Soy una jefa exigente, si
no lo fuera, ¿cómo sería mi vida, cómo sería yo?
Mientras escribo pasan
muchas cosas y una ha sido que una amiga que cumple años me ha devuelto la
llamada, y hemos hablado, y hablando le he leído la última frase que había
escrito y en contrario de exigente se le ha ocurrido laxa, así que me voy a
documentar al respecto de este adjetivo y si veo como hacerlo mío os lo cuento.
Laxa…, voy a ver.
¿Qué es una relación
laxa?
Relajada o poco estricta.
«Relación contractual que con una interpretación laxa, flexible, sin atender a
criterios rigurosos, podría sostenerse»
Podría sostenerse, ¡justo
lo que yo más quisiera: sostener la relación con mis APs! Claro que, ¿qué
significa ser poco estricta, significa hacer la vista gorda, o significa pasar
y que me hagan las cosas como cada una sepa? Estamos hablando de asistencia
personal, una figura laboral que permite tomar decisiones y llevarlas a cabo, por
lo que no sé yo.
¡Aaaayyyyyyy qué
complicado y qué complicadas son las relaciones, caaaaachiiiiiiisssss!
El caso es seguir, seguir
aprendiendo, seguir mejorando, y como 2024 no fue fácil, nada fácil, y aún así
aquí estoy contándolo, entiendo yo que vamos a un 2025 mejor.
Querida AP,
Gracias por tu trabajo,
por tu atención, por tu presencia.
Te ruego entiendas mi carácter,
soy como me han criado, como me han educado, como me he formado a lo largo de
estos años, y me gusto, porque es lo que hace que esté aquí. No
soy perfecta, pero si auténtica.
Mis maneras como enjuagar
los cacharros antes de lavar con jabón, o como mantener un orden de etiquetas
atrás, o como limpiar con el trapo bien doblado, o como recoger la ropa del
tenderete doblándola en el mismo tenderete, o peinarme un lado, el otro, debajo
y encima, maneras que aunque parezcan manías exageradas, en realidad sólo es mi
manera decidida. Podría dejar que cada una hicierais como supierais, alguna vez
lo he hecho y no me ha gustado, no el cómo lo hacíais, sino el cómo yo no lo
hacía.
Tu trabajo es muy noble,
se necesita vocación, porque es un trabajo de absoluta confianza, se requieren
muchas destrezas, la primera tener una bonita sonrisa y gozar de una auténtica
simpatía, trabajas de cara al publico y con una persona, por eso cada vez es
más importante ser amables. Es un trabajo fácil: limpieza, aseo, cocina, orden,
compras, paseos, un trabajo muy fácil si se hace bien, si se entiende y se
acepta la dinámica. Es verdad que cada casa, cada persona es un mundo, por eso
entiendo que has de ser muy atenta para conocer y saber como actuar en cada
lugar. Conmigo es conmigo, yo hago todo con tu ayuda, y no porque no confíe,
todo lo contrario, porque confío y puedo hacer de todo contigo.
Querida AP no te canses
de mí, no me dejes con taaannnnta frecuencia, te necesito, y sé buena, sé
compasiva, entiende tu trabajo, crezcamos juntas, aún tengo proyectos y seguro
que tú también puedas crecer en tu vida personal. Y si te cansas, o te surgen
otros intereses laborales despídete de buenas y que nuestra relación laboral se
convierta en otra bonita amistad.
Con cariño,
Marga
No hay comentarios:
Publicar un comentario