martes, 26 de junio de 2012

Sin la asistencia personal yo no me puedo desenvolver a mi gusto y con mi carácter, pero con asistencia personal sí.


Una de las varias historias de mi vida corriente y cotidiana. Soy tita, y me encanta ver crecer a mis amorcetes, cada uno y cada una a su ritmo, con sus particularidades, sus grandezas y sus pequeñeces.

El viernes, mi sobrinilla de 3 años, estando en el parque me pidió -¿Marga, puedo ir mañana a dormir a tu casa?-

Tres años vistos desde fuera, por ejemplo, en un grupo clase, en una escuela, son poquitos, se ven como muy criaturitas e indefensas. Pero tres años vistos desde dentro son una pasada, se ven niños y niñas que ya razonan, que empiezan a proyectar carácter propio, habilidades y gustos.

Entonces, le contesté –Mañana tengo una cena de mayores, pero si quieres, el domingo te puedes quedar.- La niña con un sí rotundo, pidió permiso a su madre y al día siguiente cuando nos encontramos para dar la bienvenida al nuevo primito, mi niña ya había contado al resto de titas que el domingo se venía a dormir a mi casa.

El domingo 24 fue festivo, así que mis ap’s habituales tenían fiesta, por lo que vino Laura-AP. Sin la asistencia personal yo no me puedo desenvolver a mi gusto y con mi carácter, pero con asistencia personal sí. Laura, era la 3ª vez que me venía, a través de empresa, las anteriores veces habíamos hablado y alguna vez mediante el facebook hemos compartido documentos e ideas. Sea por lo que fuera, esa noche hice la tortilla a mi manera, pensando en lo que más le podía gustar a mi niña. Preparé su camita de princesa. Y a la hora de acostarnos, de apagar la luz, le entró mamitis. Le pedí a Laura que se quedara a su lado y que le hiciera una friega en la barriga, porque estaba boca arriba, mientras yo le canté una canción. En 15’ quedó frita.

Pues Laura lo hizo muy, muy bien el no inmiscuirse más de la cuenta, y mi desafino debió de calar en mi niña, porque sobre las cuatro de la madrugada se despertó con un –Maaarga.-, le dije que subiera a mi cama, subió posiblemente sonámbula, se situó como pudo, roncando, le acaricié la cabeza y cuando debió sentirse tranquila e incómoda, mi cama es individual y yo la ocupo toda, volvió a bajar a su camita de princesa y siguió durmiendo hasta las 9h pasadas. Yo tuve la necesidad de escucharla respirar y roncar toda la noche, así que apenas dormí.

Al día siguiente, ayer lunes, también se quedó a comer y, ya con la AP cotidiana, cuando se cansó de comer sola, le fui dando bocaditos sorpresa de chicha, tomate y palomitas de maíz. Entre fantasmito heladito y fantasmito heladito, lo que tenía que ser el postre, acabó comiéndose toda la chicha y gran parte del tomatito aliñado.

2 comentarios:

  1. Toda una realidad que sin AP no hubiese sido posible

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  2. Me encanta que compartas tus experiencias,esos momentos que nadie tiene derecho a privar a nadie de ellos..son momentos de vida a los que todos tenemos derecho.Vamos a seguir peleando para que un dia,ya nadie deba pelear por algo que deberia ser "de cajón"...un beso y un fuerte abrazo.

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